SANTA MARÍA AREQUITA

Edificio realizado como retiro espiritual para los padres jesuitas, utilizado también como colonia de vacaciones de los alumnos del colegio Seminario, donde García Pardo dictaba clases.
Se emplaza en un paraje de singular belleza, sobre la falda de un pequeño cerro en las sierras de Minas, hoy cubierto de bosque, y a pocos metros del arroyo San Francisco.
El edificio se apoya sobre un basamento-terraza revestido en piedra del lugar, que salva la pendiente natural y despega al edificio del terreno, marcando de este modo su presencia.
Un hall de distribución articula los distintos sectores: el área de los dormitorios colectivos con la cocina y la despensa abajo hacia el sur, la capilla de estudio que remata en la torre hacia el norte y, ubicados hacia el este, el comedor y las estancias de los superiores. El edificio está realizado con una estructura de hormigón armado sobre la que se apoyan cerchas de madera, de singular geometría, que sostienen el techo liviano. Muros de ladrillo de campo sin revestir (luego pintados de blanco) y aberturas de madera con marcos de hormigón, conforman la envolvente del edificio.
La extrema sencillez constructiva puede responder tanto a limitaciones presupuestales como a una voluntad espiritual de austeridad, acorde con el carácter de retiro espiritual.
Los planos que se presentan exhiben leves diferencias con su versión construida. Quizá lo más destacado sea la ausencia del portal y patio de acceso, ubicado al noroeste del edificio en los planos de García Pardo. Sobre ese sector del edificio se han realizado posteriormente algunas ampliaciones poco felices.