Encuentro Henri Lefebvre


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Sí, Lefebvre ha sido un pensador militante del siglo XX. Esencialmente marxista, no despreció, ni mucho menos, la dialéctica hegeliana, lo que explica también que sufriera muchos malentendidos, con consecuencias políticas adversas. Nunca abandonó el conocimiento: nunca dejó de trabajar en nuevos conceptos, acompasados con la actualidad de la sociedad moderna, que, para reproducirse, se redefine, como economía y sociedad, impulsada por una mercantilización cada vez mayor.

Su obra se caracterizó por una profusión creativa de conceptos: la producción del espacio, que expone la ciencia del espacio a la crítica de la economía política, discerniendo el espacio como realidad y como representaciones, en un campo de negación del espacio como esencia y verdad; lo cotidiano y la coti- dianeidad, que se definen como una totalidad crítica de la vida cotidiana, para comprender la reproducción de las relaciones sociales de producción; lo diferencial, fruto de la confrontación entre lo particular y la homogeneización, abriéndose a un campo de posibilidades, incluyendo el consumo del espacio; el espacio de las catástrofes, derivado de la teoría matemática de las catástrofes, para pensar en la profundización de las crisis y rehabilitar la interpretación crítica de la estructura, conser- vando sus puntos de ruptura, que no pueden asimilarse a una articulación; los elementos del ritmoanálisis, procedentes de la física, para deshacerse de la materialidad en sí misma, como cosa, como producto, dirigida por la mercancía como abstracción concreta, para profundizar en la comprensión de la complejidad del espacio-tiempo, que incluye la energía, tejida por ritmos, polirritmos y arritmias; la metafilo- sofía, su proyecto materialista-dialéctico, acompañando el movimiento de superación de la filosofía por la praxis; la dialéctica materialista, como apuesta fundamental para la transformación del presente, mantenido como completo y cerrado, incluyendo la dialéctica presagiada por Nietzsche, «con toda su potencia negati- va», en palabras de Lefebvre; y la dialectización conceptual, para poder confrontar la división intelectual del trabajo; el concepto de alienación social, dando una mirada renovada al proceso de alienación/desalienación, que per- mite pensar en formas de conciencia, y no en la conciencia como verdad o falsedad absoluta; la teoría de los momentos, que ha mantenido una relación con la teoría de las situaciones, ya que ambas buscan un pensamiento-acción; la idea de un modo de producción estatal, vínculo muy real entre el Estado y el mercado, que se traduce en una neutralización de las contradicciones, una idea que permite poner de relieve una morfología estratificada del espacio social y que contrarresta los discursos que preconizan la gestión y la planificación como solución, que Lefebvre define, por el contrario, como una profundización de la tecnoburocracia.

Publicado por | 31 de julio de 2024 - 10:51 | Actualizado: 31 de julio de 2024 - 10:51 | PDF

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