Paisajes Culturales


 

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La República Oriental del Uruguay debe su nombre a su ubicación con respecto al curso de agua que marca su límite con la República Argentina. Más allá de su origen geopolítico como país independiente, cuña entre Brasil y Argentina, desde su denominación, el territorio queda vinculado al río y a su posición con respecto al mismo. Pocas naciones hay que hereden su nombre del soporte geográfico.

Del mismo modo, en la margen Oeste del bajo río Uruguay, la Provincia de Entre Ríos recibe la denominación de su localización entre los ríos Uruguay y Paraná.

Hoy la cartografía fuerza la lectura de este río como límite; los planos de Uruguay y Argentina muestran la otra margen como un territorio plano, vacío, en el que apenas se identifican algunas rutas principales y las ciudades más próximas a las que se puede acceder a través de los puentes internacionales.

Sin embargo esto no siempre fue así; el río Uruguay fue un estructurador del territorio de sus márgenes. Ruta de entrada a América en la época de la conquista, vía de comunicación en la colonia, une ambas márgenes a través de su navegación y permite una temprana estructuración territorial, fuertemente marcada por la geografía del lugar. Desde el ámbito privado y público, misioneros e industriales, la corona española primero y las nuevas naciones después, impulsan y ejecutan procesos de ocupación análogos. El territorio resultante manifiesta hoy las huellas de estas intervenciones.

Esta investigación procura retomar la visión del origen de este territorio como un espacio unitario, vertebrado por el río, dando cuenta de sus transformaciones, indagando sobre su imagen, su estructuración y el proyecto subyacente en cada etapa.

Para ello, se propone realizar tres aproximaciones, describiendo, explicando o interpretando el territorio del bajo río Uruguay, desde enfoques diferentes.

La primera de ellas consiste en explicar su situación actual en clave de paisaje cultural, en el bienentendido de que éste es la manifestación externa de las sucesivas transformaciones del hombre sobre el territorio a lo largo del tiempo. La hipótesis planteada es que el análisis del bajo Uruguay como paisaje cultural permite reconocer la estrecha relación entre soporte geográfico y construcción del territorio.

La segunda explica los procesos de ocupación y estructuración del territorio desde ambas márgenes y desde el propio río como camino, rescatando o construyendo la epopeya que lo ha colocado en la historia de ambas naciones. La hipótesis en este caso es que a pesar de su actual condición de frontera, el río Uruguay ha sido el estructurador principal del territorio, uniendo márgenes y no separándolas y actuando como bisagra o articulador entre los territorios de ambas orillas.

En tercer lugar se profundiza en las diversas modalidades de asentamientos humanos en ambas márgenes, buscando en cada caso similitudes y divergencias en las estrategias de ocupación, sus referentes y su materialización. La hipótesis formulada es que las formas de ocupación, sus referentes y las estrategias de uso y ocupación desarrolladas en el bajo Uruguay son similares en ambas márgenes, aún después del proceso de independencia de ambas naciones.

El documento se estructura en cuatro partes. Cada una de ellas desarrolla un aspecto concreto.

En la Parte I (marco conceptual) se formula desde qué perspectiva se realiza la investigación -sus fundamentos y marco epistemológico-, y cuál es el estado del arte considerado para este abordaje. Se presenta el ámbito territorial de estudio y los criterios para su delimitación.

El primer capítulo desarrolla los aspectos tenidos en cuenta con respecto al paisaje, presentando las referencias básicas en el surgimiento del concepto de paisaje cultural y su posterior evolución hasta su vinculación con el sentido de identidad y pertenencia. Se incorporan las dimensiones histórica y simbólica en la estructuración del territorio y la importancia de su representación y de los diferentes relatos sobre el mismo. Se mencionan referentes internacionales y nacionales que se han considerado relevantes en el tipo de abordaje territorial desarrollado. Finalmente se determina el enfoque con el que se realiza la caracterización del bajo Uruguay según las consideraciones anteriores.

El segundo capítulo delimita y describe el ámbito territorial objeto de esta investigación, los estudios realizados sobre el territorio concreto de estudio y las consideraciones metodológicas para su abordaje.

La Parte II describe cómo es el soporte físico sobre el que se ha conformado el paisaje del bajo Uruguay. La serie de planos generados, hasta la fecha inexistentes, constituyen el punto de partida que permite visualizar primero las similitudes y diferencias en ambas márgenes del río, e interpretar posteriormente los procesos de ocupación y estructuración territorial en relación a las particularidades físicas de su geografía. Para ello se seleccionan los componentes que se consideran más representativos para una caracterización que dé respuesta a la primera hipótesis formulada en esta investigación.

La dimensión histórica y simbólica del paisaje del bajo Uruguay se desarrolla en la Parte III que, trabajando con escalas de aproximación mayores, explica e interpreta cómo se ha generado este paisaje, cuál ha sido el origen de sus trazas, y su posterior evolución. Los capítulos cinco a ocho definen cuatro momentos en los que el territorio se ha estructurado con diferentes lógicas, procurando dar respuesta a las hipótesis dos y tres. En esta argumentación se hace imprescindible aportar algunos datos históricos que permitan comprender la sucesión de culturas – aborígenes, españoles, criollos, mestizos, inmigrantes- que han tomado las decisiones o, sencillamente, habitado y estructurado el bajo Uruguay.

Si bien cada una de las aproximaciones permite avanzar en una lectura que apunta a la reconstrucción de ambas márgenes como espacio unitario, solamente al final del trabajo, en la Parte IV, se responde a la pregunta inicial: ¿podemos hablar del bajo río Uruguay como un territorio?

Esta investigación se centra en el espacio fronterizo uruguayo-argentino, recogiendo e interpretando información de ambas naciones. Sin embargo está escrita desde Uruguay, un pequeño país de 176.215 kilómetros cuadrados de superficie terrestre, quince veces menor a la superficie argentina. Uruguay comparte aproximadamente 780 kilómetros de frontera con Brasil, 512 kilómetros con Argentina y 600 kilómetros con el Río de la Plata y el Océano Atlántico. El espacio comprendido entre dos naciones, define y caracteriza una proporción importante de nuestro territorio. Se pretende que este trabajo no sea un proceso cerrado, sino el inicio a una nueva manera de mirar los espacios de la frontera uruguaya en general y del bajo Uruguay en particular.

Las tres aproximaciones desarrolladas permiten indagar sobre el pasado y el presente del territorio del bajo río Uruguay en un abordaje en el que participan varias escalas de aproximación, asociando las transformaciones territoriales y su concreción, con el origen de las decisiones que las provocan y los actores que intervienen en las mismas. Desearíamos que permita sentar las bases para una nueva visión territorial que fundamente futuras actuaciones, máxime considerando los escenarios de integración regional.

En lo particular, esta investigación aporta la generación de una nueva cartografía, una lectura territorial realizada en clave contemporánea, que permite relacionar la idea que da origen a los asentamientos en ambas márgenes, su referente normativo y su posterior evolución, en una visión unitaria del espacio en torno al río.

Publicado por | 1 de agosto de 2024 - 12:18 | Actualizado: 9 de agosto de 2024 - 11:36 | PDF

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