Casa abierta

Casa abierta


Para la presente edición de La Plaza* recorrimos el Museo Casa Vilamajó, que se encuentra ubicado en la cima del puente Sarmiento, en Parque Rodó. Se trata de la vivienda que construyó el arquitecto uruguayo Julio Vilamajó para habitar junto a su familia: su esposa Mercedes y su hermana Estrella. Parte de la sensibilidad del creador y su modo de vida todavía puede admirarse cuando se recorre la destacada edificación.

La visita comienza antes de la puerta de entrada. Se inicia afuera. Hay que caminar hasta el puente proyectado por Leonel Viera para tomar distancia y poder observar la casa desde lejos. Dimensionar la forma, el tamaño e imaginar cómo sería en la década de 1930, cuando fue construida la propiedad y ni siquiera existía el puente desde el que hoy se mira. Esta consigna de arranque la plantean quienes llevan adelante las recorridas: el equipo del museo que está integrado por docentes de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de la República (FADU-Udelar).

Si bien la casa pertenece al Estado desde hace bastante tiempo, fue en el año 2000 que llegó a manos de la Universidad y desde la FADU se comenzó un proceso de restauración y reconstrucción. Mediante fotos de época se puso a punto la propiedad, al tiempo que se crearon muebles similares a los que había, también luminarias y hasta ornamentación. Una parte del mobiliario es original, habiendo aguantando el paso del tiempo y la burocracia estatal. Desde 2012 es posible visitar la casa museo gestionada por la FADU.

El relato desde fuera y dentro de la casa cambia en función de los intereses de los visitantes que llegan hasta allí. Mónica Nieto, directora ejecutiva de Museo Casa Vilamajó, detalló: «El relato varía, es una de las cosas que destacamos mucho de nuestra visita guiada. No es una cápsula de información cerrada, sino que, dependiendo del perfil del grupo o de las personas que la visiten, se puede hacer énfasis en distintos aspectos».

En su opinión, eso la hace una «casa abierta». «Pueden venir del campo del arte y de la arquitectura o pueden venir manejando otros intereses y desde otros universos, pero finalmente el tema del espacio, la arquitectura y el patrimonio es lo que nos convoca a todos».

Asimismo, reflexionó que la casa se transforma en un «pretexto para discutir y abordar distintos temas vinculados a nuestro hábitat, a nuestro espacio construido». También para hablar sobre patrimonio. «Queremos que sea una casa abierta donde se promueva esa mirada crítica sobre nuestro patrimonio y donde poder discutir qué queremos establecer como nuestro legado», resumió Nieto.

Puertas adentro

Al ingresar por la puerta que da a la calle Domingo Cullen y luego de dejar atrás la sobria fachada, se llega al hall de acceso. Según explicó la secretaria académica de la Casa Museo Vilamajó, Ana Campanella, en ese mismo lugar el arquitecto estacionaba su auto.

Aníbal Parodi Rebella, autor del libro Entre el cielo y el suelo. La casa del arquitecto Julio Vilamajó en Montevideo (editado por la FADU), relata en el texto que el hall de entrada es la planta «más hermética de la casa» y agrega: «No existe, sin embargo, voluntad alguna de exaltación del momento de ingreso, considerado tan privado como la casa propia».

Desde esa parte se accede a la escalera principal, que es la protagonista del recorrido, ya que la casa transcurre en cinco niveles. Al comenzar a subirla se llega al living, que cuenta con un gran ventanal y una puerta de vidrio que conduce a un patio donde Vilamajó plantó especies autóctonas y algunas todavía se conservan. Campanella contó que el vínculo que se da entre el adentro y el afuera gracias al vidrio genera gran atractivo en los visitantes. «Las vistas que tiene la casa es lo que más llama la atención. Impactan mucho. Por ejemplo, cuando llegás al estar, todos automáticamente se van para el patio. Es como que te lleva».

Resumió que uno de los aspectos que destacan turistas y visitantes al finalizar las recorridas es «el manejo del espacio». Agregó: «Yo creo que a la gente le llama mucho la atención cómo Vilamajó logró manejar un espacio reducido y que no se note». Asimismo, destacan «la buena iluminación de los ambientes y la ventilación».

Un piso más arriba se ubica el comedor y, en otra pieza, la cocina, que sorprende por ser chica, sobre todo si se compara la amplitud que generan los espejos del comedor. Hasta la cocina llega una escalera de servicio que comienza en la planta baja, pero por su discreta ubicación pasa desapercibida para el visitante común.

En el cuarto nivel de la casa están los dormitorios: el de invitados, donde dormía Estrella, y el principal, donde pernoctaba el arquitecto con su esposa. También está el baño.

En el quinto y último piso está el estudio de Vilamajó, espacio que no cuenta con mobiliario original ni adaptado al de la época porque se desconoce cómo lucía. No obstante, la sola estructura del espacio permite percibir la tranquilidad que ofrecía el lugar para crear. Tan reservado es que, al mirar la fachada, prácticamente no se ve por el friso del piso anterior.

Cada año llegan visitantes con diversos intereses. Profesionales de la arquitectura y el diseño son los más frecuentes, también se acercan grupos de escolares, estudiantes de bachillerato, y nunca faltan vecinos que, sorprendidos, dicen no conocer nada de la historia de la casa a pesar de vivir en el barrio desde hace años.

También llegan turistas de distintas partes del mundo. A modo de ejemplo, este año los visitaron Denise y Ken, dos turistas de Massachusetts que leyeron una nota que publicó The New York Times en 2014, donde se mencionaba el museo, y desde ese momento transitarlo era una asignatura pendiente. Lo más divertido de la anécdota de su visita es que al finalizar la recorrida sacaron de su bolso la nota impresa que los llevó hasta allí, que habían guardado por casi nueve años.

En la casa museo, además, hay lugar para las propuestas artísticas, al funcionar como espacio para el desarrollo de diversos proyectos. También para iniciativas de extensión y de intercambio con la comunidad. Tal como resume Parodi Rebella: «Desde el inicio el proyecto buscó consolidar en la casa un espacio de trabajo, de intercambio con la sociedad, una sede en la cual la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo pudiera presentar ante la sociedad el aporte real de las disciplinas sobre las cuales desarrolla docencia, extensión e investigación». Así se planteó y está ocurriendo. Desde ya queda hecha la invitación para que cada vez más visitantes la puedan recorrer y vivan la experiencia de la casa abierta.

Dirección: Domingo Cullen 895 esq. Sarmiento

Visitas guiadas: Miércoles y sábados a las 11:00hs, 12:00, 13:00hs. y 14:00hs.

Visitas virtuales y en vivo: Miércoles y sábados, a las 10:00hs. y a las 15:00hs.

Agendar 48 horas antes a través de museovilamajo@fadu.edu.uy

* La Plaza es un ciclo de notas sobre temáticas de relevancia para la comunidad de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU), con el objetivo de compartirlas puertas adentro y difundirlas puertas afuera, y de aportar nuevas miradas a la esfera pública. Esta línea editorial, llevada adelante por el Servicio de Comunicación y Publicaciones de la FADU, procura poner en valor figuras, propuestas, actividades o prácticas académicas específicas de nuestras disciplinas que puedan convocar el interés de la sociedad en su conjunto.

 

Publicado por | 3 de julio de 2023 - 12:09 | Actualizado: 26 de julio de 2023 - 13:52 | [pdf]PDF[/pdf]