Contribución a la crítica del territorio como materia ordenable
El territorio es una construcción física y cultural producida por la interacción entre una realidad material dada (geomorfológica, climática y biológica) y un grupo humano que construye allí su historia. Es una construcción necesaria pues los hombres, inevitables seres territoriales, sólo pueden existir en su condición de habitantes. No tienen alternativas. Sus necesidades biológicas y sociales sólo pueden resolverse en el territorio. Se trata de su recurso esencial y con él establecen una relación primigenia y fundadora. El hombre no-territorial no existe ni puede tener existencia. Por ello la historia del hombre es también la historia de su territorio, la historia de su continua con-formación y trans-formación, del eterno devenir de sus equilibrios cambiantes. Distintas voluntades y distintos tiempos acumulan múltiples ordenamientos que se superponen o no en el territorio. Nuevas formas retoman, borran o modifican las anteriores. Llenan el espacio, se amontonan en él y a veces alcanzan picos de intensidad cultural asombrosa. La acumulación de huellas y herencias producidas por las sucesivas conformaciones materiales que asume la sociedad define, en lo fundamental, la forma del territorio. Esta parece materializar la disposición transitoria de su relación fundadora, pautada por la dialéctica establecida entre permanencia y cambio, entre tradición y ruptura. Como cada sociedad cada territorio es único. Su forma siempre será la que ésta le dé, le quiera dar o logre darle. Nunca, en cualquier caso, será fruto del azar. Por ello la ética de sus formas, en una sociedad democrática, siempre estará muy lejos de ser una preocupación intrascendente.
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Código en Biblioteca Centenario: TM-OTDU 002
Publicado por Glenda García | 26 de abril de 2016 - 16:58 | Actualizado: 7 de junio de 2024 - 20:11 | PDF