La Casa Bote
Por Bernardo Martín (Docente del Grupo de Viaje 2013)
“Como habitante de una casa flotante, me daba cuenta de que los transeúntes miraban con curiosidad hacia el interior de mi casa. Siempre tenían muchas preguntas: ¿Cómo es posible tener electricidad en el agua? ¿Qué pasa con las aguas residuales? ¿No hace frío, humedad o es oscuro a bordo? Muchas preguntas a las que todo el mundo buscaba una respuesta. Así es como se me ocurrió la idea de abrir al público un barco vivienda. En 1997 se inaugura el museo barco vivienda. Ahora los visitantes pueden ver y experimentar qué es vivir en un barco en Ámsterdam. Me complacería que usted viniera a visitar el “Hendrika Maria” y se sintiese como en su casa”.
Vincent van Loon
Fundador del Houseboat Museum Amsterdam
Conectadas a las infraestructuras urbanas, por lo que pagan una razonable tarifa, las “casas bote” son una presencia tan permanente como cambiante en el paisaje urbano de la ciudad de Ámsterdam.
Las más antiguas han sido generalmente construidas como barcos. Son embarcaciones con casco de madera o metal cuyo interior ha sido reformulado para ser utilizado como vivienda. Estas casas deben trasladarse periódicamente a un astillero para su mantenimiento.
En los últimos años los cascos comenzaron a construirse de hormigón pues este material no requiere mantenimiento. Simultáneamente, el diseño ha ido acercándose cada vez más a las formas abstractas y a la espacialidad propias de buena parte de la arquitectura doméstica contemporánea.
Los materiales de terminación y las propias aberturas también han ido desplazándose de los modelos náuticos a los actualmente frecuentes en la construcción de edificios.
Las “casas bote” son, según se quiera ver, casas a las que se ha aplicado un factor de disminución de escala, o maquetas gigantes.
Casas realmente muy pequeñas (en horizontal y en vertical) afrontan el desafío de sacar el máximo provecho de cada cm3 disponible. Es especialmente interesante la manera en la que los espacios exteriores son colonizados, en particular los techos, que terminan conformando muchas veces lugares de carácter, escala y uso domésticos en medio del espacio público y, por lo tanto, con un nivel de exposición casi insoportable para quien no está acostumbrado a exhibirse.
Publicado por Mercedes Chirico | 10 de agosto de 2013 - 05:47 | Actualizado: 14 de agosto de 2013 - 01:06 | PDF