Verticales Urbanas
Por Jorge Casaravilla (Docente del Grupo de Viaje 2013)
Extraído del libre “Usos y tradiciones en las arquitecturas rusa y soviética” de Catherine Cooke (1987).
“El que nunca ha estado en la cima de la Torre de Iván el Grande, y nunca he tenido la oportunidad de examinar la totalidad de nuestra antigua capital de extremo a extremo de un vistazo, el que jamás haya deleitado sus ojos en este majestuoso panorama casi infinito, no puede tener conocimiento de lo que Moscú es. Moscú no es una masa silenciosa de piedras conectadas con frialdad en patrones simétricos. No! Tiene un espíritu único y enteramente suyo, su propia vida. Cada piedra conserva una inscripción escrita en ella por el tiempo y el destino, una incomprensible inscripción del mundanal ruido, pero rica, fecunda de ideas, de sentimientos, de inspiración para el estudioso, el patriota y poeta! “
Así escribió el poeta ruso Lermontov en su juventud, en 1833, después de subir los 80 metros de la principal estructura vertical de Moscú : el campanario de Iván el Grande en el Kremlin. Sus líneas emanan vida, desde la estructura monocéntrica típica de la ciudad rusa, de la cual Moscú es el ejemplo clásico.
El desarrollo urbano de Moscú se llevó a cabo sobre la base de un plan radial centrado en esta torre, con calles que corren hacia la periferia, definidas por las propias torres del Kremlin, y rematadas por arcos triunfales y otras puertas ceremoniales de la ciudad. Más afuera, la forma radial se veía reforzada por el anillo de los monasterios de defensa, cada uno caracterizado por su alto campanario.
La nueva era marcada por las innovaciones urbanísticas de Pedro el Grande complementaron este tema con otros dispositivos. Las agujas de su Almirantazgo y de la Iglesia de Pedro y Pablo -como si fuesen mástiles de los barcos del río Neva- fijan los focos más importantes del plan de su nueva capital -San Petersburgo- basada en modelos de Europa occidental. La capacidad de estas agujas verticales para organizar el movimiento a lo largo de una calle se remonta a los dispositivos del urbanismo medieval ruso, pero lo importante es ahora la forma en la cual ellas enfatizan los nodos y los puntos de intersección de la trama multifocal.
Otro punto importante en la transformación de la ciudad histórica fue la introducción de los campanarios barrocos de Rastrelli y Ukhtomsky. Su poderoso y magnifico movimiento ascendente -aunque nunca llegó tan lejos como se planificó, debido a que nunca se construyó el campanario de 140 metros del convento Smolny – hizo de ellos unos de los más potentes logros de la arquitectura rusa.
En la primera mitad del siglo 19 este tipo de hito vertical, que se había convertido en uno de los elementos más importantes de la composición urbana, fue sustituido por altos volúmenes edilicios que aspirabron a cumplir el rol de “dominantes visuales”. La catedral de San Isaac en San Petersburgo y la Catedral de Cristo Salvador en Moscú son ejemplos de ello. Su relación escalar con la trama de la ciudad es de la misma naturaleza que la creada a mediados del siglo 16 con la construcción de la catedral de San Basilio en la Plaza Roja de Moscú.
En el siglo XX, el monumento de Tatlin a la Tercera Internacional de 1919 -concebido como una reafirmación de las victorias revolucionarias y de los nuevos principios estéticos-, siguió en esencia un gesto formal similar. La audacia desnuda de la concepción, la altura sin precedentes y el modo de construcción -tan distinto al de los enormes rascacielos de Manhanttan de esa época- hacen de esta torre un ejemplo verdaderamente destacable (una auténtica Torre de Babel en el siglo 20).
Los llamados “rascacielos soviéticos” que aparecieron en los proyectos de los estudiantes de la Vkutemas y Vkhutein, las ideas futuristas de Malevich, Chernikhov, Krinsky, las visiones a futuro de Leodinov y Melnikov fueron sólo el comienzo de una larga lista de nombres y edificios que desarrollaron la idea de lo vertical durante los años 20 y 30.
La guerra de 1941-1945 impidió la encarnación real de este tema proyectada en el gran volumen del Palacio de los Soviets junto al Kremlin en Moscú. Este palacio de 210 metros de altura concebido como pedestal de una gran estatua de 100 metros de Lenin, buscaba crear el nuevo centro focal de la capital, en analogía con el campanario de Iván de la ciudad medieval, ubicado cerca de él, aguas arriba.
Más tarde, esta analogía histórica se materializó en el anillo de los “Siete edificios altos” (conocido popularmente por “las 7 hermanas”) construidos en los 50´s, que reprodujeron con gran precisión el sistema tradicional de puntos de referencia visuales de la antigua ciudad rusa, y realzaron el sistema radial concéntrico planificado.
En las últimas décadas no se han visto resultados satisfactorios en la búsqueda de una forma expresiva y significativa para los elementos verticales dominantes de la silueta urbana. Al dejar de tratarlos como elementos individuales -tanto en su propio diseño como en su ubicación-, y al abandonar su función como edificios identitarios de lugares específicos, sumado al aumento de la altura total del desarrollo urbano, los urbanistas han acabado con su estatus como hitos en la ciudad.
Publicado por jcasaravilla | 7 de septiembre de 2013 - 00:15 | Actualizado: 9 de septiembre de 2013 - 18:05 | PDF