Casa Gilardi. De los sentidos a la materialización
Por Bach. Valentina Moreira
Programa: Vivienda unifamiliar
Autor: Luis Barragán
Ubicación: Colonia San Miguel. Chapultepec, México D.F.
Año: 1976
Estudiante: Valentina Moreira
Tutores: Arq. Roberto Langwagen & Arq. Raúl Buzo
La casa Gilardi, es una de las obras más emblemáticas del arquitecto mexicano Luis Barragán, cuyo nombre fue poco reconocido hasta fines de la década de 1940´, para cobrar luego amplia relevancia internacional. Esta casa reúne todas las claves que Barragán enumeró en su discurso en la entrega del premio PRTITZKER, en Washington en 1980: belleza, silencio, soledad, serenidad, alegría, jardines, fuentes, nostalgia… [1]
Estas premisas, se traducen en aspectos arquitectónicos como en el manejo de la luz, el color, las texturas, los elementos vegetales y los espacios. La justa combinatoria de éstos hace de su obra algo inédito, que oscila entre las raíces de la provincia mexicana y la claridad de la época moderna.
“Ninguna arquitectura de Barragán es perenne – según Álvaro Siza- Depende del existir, el suyo o el del Otro.” [2]
Según sus propias palabras: “En proporción alarmante han desaparecido en las publicaciones dedicadas a la arquitectura las palabras belleza, inspiración, embrujo, magia, sortilegio, encantamiento y también la serenidad, el silencio, la intimidad y el asombro.”[3]
Recae en esta obra toda la poesía que inspira a su autor, una poesía inspirada en los ancestros, en los artistas y en el pueblo.
El descubrimiento será identificar esta poesía recóndita, escondida tras los muros de la casa Gilardi y su despliegue formal.
La vivienda se extiende en una parcela de 10x35m, y su fachada principal es la de menor dimensión. Se encuentra acompasada por tres medianeras, que no son impedimento para el libre manejo de la luz.
La composición de la misma se basa en dos volúmenes: uno que da hacia la calle (en el cual se ubican los dormitorios y los servicios) y uno trasero (en el cual se desarrolla la actividad “pública”). Ambos volúmenes se interconectan a través de un pasaje inundado de una luz color ónix, dada por el color de los vidrios.
El espacio central es ocupado por el patio, por lo cual toda la vida doméstica se desarrolla interiormente. Se puede decir que la casa tiene un carácter introvertido. Este patio rodea un jacarandá que se mantuvo por deseo del arquitecto y que resultó ser un desafío a la vez que una oportunidad de proyecto.
El manejo de los patios y los jardines son el resultado de su viaje a Francia y España, entre los años 1924 y 1926, donde se ve influenciado por Ferdinand Bac, quien a través de sus libros lo “hará transportar a sus obras la emoción, serenidad, magia y calma.” [4]
Sobre esto, el propio autor nos dice que “en mis jardines, en mis casas siempre he procurado que prive el plácido murmullo del silencio…”[5]
Se ven expresadas en su máximo potencial, aquellos conceptos que el arquitecto experimentó durante el trayecto de su carrera. Barragán logra captar en esta arquitectura lo tradicional de la provincia mexicana, sus paredes, algunas blancas -rememorando los muros blanqueados con cal-, el color, tan presente en las calles, los patios, y la arquitectura contemporánea en la definición de las formas, el manejo de las luces y las sombras, en definitiva: la claridad de los espacios.
A través de estrategias formales, intenta crear un mundo misterioso y sereno. El agua es utilizada como un recurso para la conformación de un paisaje cósmico, al igual que la luz o los vegetales. Intenta reproducir así lo que vivió en su visita a La Alhambra, en el Patio de los Mirtos: “contenía lo que debe contener un jardín bien logrado: nada menos que el universo entero.” [6]
El espacio de la piscina, el estar y el comedor representan un lugar central en la vivienda donde confluyen los estados sólido y líquido, iluminado por una haz de luz cenital que varía en el correr del día. Esta variación de luz es la que provoca el cambio constante de los espacios y les otorga un carácter único e irrepetible.
Los colores y las texturas, constituyen un sello indeleble de la cultura mexicana que se presenta en algunos muros estratégicos de la casa: la fachada principal, sobre el patio, y la piscina. Otros son dejados blancos o coloreados por el reflejo de la luz que ingresa. Ferviente admirador de Diego Rivera, Barragán hace de la casa Gilardi una obra de arte comparable a una pintura, porque intenta capturar la esencia de las cosas que identifican a su patria.
“… no me pregunten por esta o por aquella obra, no busquen lo que yo hago, vean lo que yo ví” [7].
REFERENCIAS
1- Barragán, Luis. Arquitectura. Discurso de la entrega del premio Pritzker en Washington. 1980.
2- Siza, Álvaro. Barragán. Prefacio del libro Barragán: obra completa. Sevilla.1996.
3- Barragán, Luis. Extraído del libro Barragán: obra completa. COLEGIO DE ARQUITECTOS DE LA CIUDAD DE MÉXICO. Tanais Ediciones S.A. Sevilla 1996.
4-5- Barragán, Luis. Extraído del libro Luis Barragán Morfin 1902-1988. Obra construida. ÁLVAREZ CHECA/RAMOS GUERRA. Sevilla, Dirección general de arquitectura y vivienda,1995
6-7- Barragán, Luis. Extraído del libro Barragán: obra completa. COLEGIO DE ARQUITECTOS DE LA CIUDAD DE MÉXICO. Tanais Ediciones S.A. Sevilla 1996.
BIBLIOGRAFÍA
ÁLVAREZ CHECA/RAMOS GUERRA. Luis Barragán Morfin 1902-1988. Obra construida. Sevilla, Dirección general de arquitectura y vivienda,1995
COLEGIO DE ARQUITECTOS DE LA CIUDAD DE MÉXICO. Barragán: obra completa. Tanais Ediciones S.A. Sevilla 1996.
Publicado por Fernando García Amen | 5 de abril de 2015 - 15:41 | Actualizado: 5 de abril de 2015 - 20:33 | PDF
Palabras clave: casa gilardi, Luis Barragán, méxico, valentina moreira