París. El día en que la ciudad luz fue apagada
Por Arq. Paula Giordano
Introducción
Cuando me invitaron a escribir este artículo, yo me encontraba a unos días de realizar un viaje a Francia. En el momento pensé que podía ser una buena idea volver a estudiar y visitar varias obras de arquitectura que con seguridad ustedes viajeros van a ver y experimentar. La idea era volver a vivir ciudades como París desde los ojos de un estudiante de arquitectura, desde el maravilloso viaje que realizamos gran parte de los arquitectos uruguayos que nos ayuda a abrir los ojos, a vivir esas ciudades y edificios de los cuales tanto hemos leído.
Pero como siempre pasa en el viaje, las cosas pocas veces resultan como uno las imaginó antes de embarcar, en el aeropuerto de Montevideo.
En este viaje, enero 2015, me encontré con la ciudad de la luz apagada. Algo que nadie pensó que podía suceder.
París, ciudad de Haussmann, del orden, de la educación y las artes, ciudad de vanguardia, ciudad de la libre expresión había sido atacada.
Por este motivo es que modifiqué mi enfoque, puramente arquitectónico a uno más humano, más de historia y análisis, de experiencias vividas, pero siempre visto desde nuestros ojos de arquitecto.
París del arte y la cultura
París es reconocido por ser un centro cultural y artístico. En esta ciudad nacieron, se desarrollaron o formaron artistas como Victor Hugo, Alezandre Dumas, René Descartes, Viollet-le-Duc, Edgar Degas, Claude Monet, Dominique Perrault, Jean Nouvel entre muchos.
Esta ciudad fue descrita por varios escritores, ilustrada por innumerables pintores y retratada por millones de fotógrafos que vivieron la ciudad luz en distintas épocas, distintos climas y con distintas visiones, pero hay una que nunca ha dejado de estar presente en la impronta de la ciudad: libertad, igualdad y fraternidad.
Antes de visitar por primera vez esta ciudad tenía una imagen caricaturesca de la misma. Su símbolo más fuerte, la Torre Eiffel fue lo primero que fui a ver, y debo confesar que no me desilusionó en lo absoluto. Una impresionante escultura de 320m de altura construida de hierro para conmemorar los 100 años de la liberación Francesa y ser parte de la Exposición Universal de 1889.
La segunda vez que visité París, viví un panorama distinto. Esta vez era verano, y yo ya era un estudiante de arquitectura avanzado, buscando ver otras obras más allá de la famosa torre. La ciudad tenía otro aire, tanto que parte del Sena servía de playa para los ciudadanos que necesitaban un poco más que mojar sus pies en las fuentes de las plazas y jardines monumentales de la ciudad. Pero a pesar de todo, la torre seguía surtiendo su efecto de recordar que algo espectacular estaba sucediendo, y yo era parte de eso, aunque solo estuviera degustando un trozo de queso camambert y vino francés con mis compañeros de camioneta.
En mi última visita, algo particular sucedió que me hizo pensar más allá de las experiencias vividas en otros viajes. Como ya mencioné antes, París fue atacada. El ataque no fue solo a 17 ciudadanos franceses, quienes perdieron la vida de repente en los atentados y secuestros causados por 3 ciudadanos del mundo, sino que el ataque fue a la esencia Francesa. Así es como lo sintió el pueblo, y así es como lo manifestó en la marcha del 11 de enero, que se inició en la plaza de la Republica y se dirigió a la plaza de la Nación convocando a 3,7 millones de personas y más de 500 líderes políticos de todo el mundo. La marcha del silencio fue cargada de simbolismos, en un Paris de luto, reivindicando algunos de los valores de la república francesa, tales como la libertad de expresión, tolerancia y democracia. La marcha partió desde la plaza de la República, con su escultura central en bronce de 10m de altura sobre una base de piedra donde están representados los símbolos de libertad, igualdad y fraternidad, culminando en la plaza que representa la madre patria, plaza de la Nación, la cual contiene la escultura de Jules Dalou titulada “el triunfo de la república se impone”.
París esta vez, estaba rodeada de sirenas, la seguridad era extrema y la actitud de la gente distinta…la consigna de: todos somos Charlie, palpitaba. Eran horas de dolor, el aire festivo de Heminway se ocultó para dar paso a los reclamos de no dejar caer los valores intrínsecos de esa Republica…. no obstante ello seguía siendo París.
La esencia nunca se pierde
Más allá de los gustos de cada viajero, más allá de que ustedes como en el viaje estén pasando el mejor día, o el peor momento porque alquilaron un loft minúsculo para 12 personas, o se levantaron de mal humor, o tienen dolor de cabeza, o quieren tomar un café en Montmatre y no da el viático, o es verano y hace calor, o es invierno y hace frio, o es el 7 de enero y acaba de suceder un atentado, París siempre es París. La esencia de la ciudad luz nunca muere.
Los grandes bulevares de Haussmann siguen presentes. La cité y Notre Dame no cambiaron de lugar. Los notables obras de arquitectura construidas para la exposición universal de 1889 como el Grand Palais, el Petit Palais, la Estación de tren y ahora Museo de Orsay, el Puente Alejandro III y la Estación de Lyon, siguen en pie y en su mayoría sirven para albergar otras obras de arte.
Las obras de arquitectura y urbanismo de la época de François Mitterrand también siguen presentes. Entre ellas, la nueva biblioteca nacional que lleva su nombre, realizada por el Arquitecto Dominique Perrault también mostraba su duelo el día siguiente al ataque a Charlie. En sus carteleras figuraban caricaturas de la revista y para entrar a la misma solo una puerta estaba habilitada y el visitante debía pasar por chequeos de seguridad tan exhaustivos como los de un aeropuerto.
Perrault ganó el concurso de la Biblioteca de Francia en 1989 y la construcción fue culminada en 1995. Por un lado este proyecto tiene una condición icónica muy fuerte de 4 libros abiertos, la cual se da reduciendo el edificio a solo un concepto. Por otro lado, se puede decir que estos cuatro libros esbozan un gran prisma vacío, sustituido por un bosque trasplantado, que deja su huella de clave landart en el lugar de donde fue extraído. Esta obra de Perrault anuncia la desmaterialización de la caja arquitectónica y deja una idea de desaparición del edificio que luego hace más fuerte en el Velódromo y Piscinas Olímpicas de Berlín, en 1992.
El día de la marcha, otro edificio icónico de la ciudad de París se expresó también en pos de lo sucedido. El instituto del mundo Árabe, realizado por el arquitecto francés Jean Nouvel, pegó en su fachada hecha de diafragmas que reinterpretan figuras árabes las palabras; “Nous sommes tous Charlie” (Todos somos Charlie) escrito en francés y en árabe.
Este edificio fue construido entre 1981 y 1987. Aquí, Nouvel a diferencia de Perrault no materializa conceptos, sino que mediante la conjunción de varios de estos es que logra un objetivo arquitectónico que platee un nuevo concepto en sí mismo. Es así que surge este edificio de belleza artificial que mediante alternar espacios oscuros con espacios muy luminosos se genera deslumbramiento.
Conclusión
Por todos lados que se caminaba en la ciudad se encontraban carteles con el nombre Charlie, reclamando lo que el pueblo francés teme perder, su esencia, libertad, igualdad y fraternidad.
La Torre Eiffel estaba apagada. Pero al pasar los días, la luces de la ciudad se prendieron para no olvidar la esencia de Francia, bajo el lema “Je Suis Charlie” (todos somos Charlie). La ciudad luz hoy vuelve a brillar, pero aún con un sesgo de tristeza que no se olvida. A pesar de todo, la esencia sigue viva…
La Torre Eiffel ya está prendida.
Bibliografía
PRICE, R. (2003). Historia de Francia. Cambridge: Cambridge University Press
RILEY, T. (1996). Light Construction. Barcelona: Gustavo Gili S.A.
FRAMPTON, K. (1993). Historia crítica de la Arquitectura Moderna. Barcelona: Gustavo Gili S.A.
NOUVEL, J. 1987-1998, El Croquis, 66, 1998
PERRAULT, D. La violencia de lo neutro, 1900-2001, El Croquis, 2001 .
Paula Giordano
Arquitecta (UDELAR), egresada en el año 2014. Docente del Taller Perdomo desde el año 2009. Co-fundadora del estudio de arquitectura Dominus Architects. Posgrado en gestión y diseño del recurso físico en salud en la Asociación Argentina de Arquitectura e Ingeniería Hospitalaria y Universidad Nacional de La Matanza. Mención honorífica en el concurso internacional para la nueva sede del BROU.
Publicado por Fernando García Amen | 24 de julio de 2015 - 10:00 | Actualizado: 17 de mayo de 2015 - 23:54 | PDF