Ayuntamiento Säynätsalo
Säynätsalo es una pequeña isla, rodeada de bosques y lagos, ubicada a media hora de Jÿvaskÿla, la ciudad donde nació Alvar Aalto.
La reducida comunidad que habita la isla, de alrededor de 2000 habitantes, se asienta en una urbanización de muy baja densidad conformada por viviendas esparcidas.
La actividad principal en Säynätsalo es un molino de madera, cuya empinada chimenea sobresale del paisaje natural.
Para visitar este poblado se puede llegar en tren desde Helsinki a Jÿvaskÿla y luego tomar un bus que se dirija a Säynätsalo.
INTRODUCCIÓN
El Ayuntamiento de Säynätsalo puede considerarse como una revisión de la arquitectura moderna por parte de Aalto, en donde logra desarrollar una versión propia y muy personal de los conceptos arquitectónicos defendidos por la moderidad.
Sin dudas se trata de una de las obras más conocidas del arquitecto, donde plasma muchos de los temas que desarrolló durante su extensa práctica profesional.
Implantada en un entorno casi rural, la propuesta se presenta como una reacción ante el lugar, y ante la naturaleza circundante, sin por ello perder el carácter cívico que como edificio comunitario debía poseer.
La propuesta se resume en un conjunto de edificios que abrazan a un espacio público (un patio interior) concibiéndose como la reinterpretación de una pequeña acrópolis.
De este modo se genera una propuesta que podría considerarse tradicional, en las que se denotan claras influencias del clasicismo griego y el Renacimiento italiano, pero dotada de una lógica proyectual moderna.
En esta obra se encuentran esbozadas las características más notables de la arquitectura de Aalto: la implantación y la relación sensible con el entorno natural, el estudiado manejo de la escala y las proporciones, el diseño del mobiliario, los elaborados detalles, el cuidado de las vistas, etc.
Pero por sobre todos estos factores destaca el magistral uso de los materiales y el manejo de la luz. El ladrillo rojo y la madera como responsables de la formalización, unidos a los diversos dispositivos de iluminación natural y artificial, llevan a que esta obra sea percibida como una rica experiencia sensorial.
DESARROLLO
Implantación
El Ayuntamiento se emplaza enfrentando la plaza del pueblo, en el punto de confluencia de dos vías. De manera que el volumen se presenta situado en el extremo de una alineación escalonada de casas que forman su entorno. A este respecto Aalto manifestó: “Un pueblo sobre una colina […] es la forma de diseño urbano más pura, más personal y más natural” [1]
Dado que la topografía del lugar es prácticamente plana, el concepto de colina, al que Aalto se refiere, se logra elevando artificialmente a la plaza central un nivel con respecto a la calle. Esta ocupación elevada está respaldada conceptualmente a partir de la metáfora de una pequeña acrópolis.
El acceso a este espacio se produce mediante un recorrido pautado, en el cual se presentan progresivamente una serie de diferentes situaciones. La aproximación al ayuntamiento por la calle nos permite ver el patio. Al otro lado se puede visualizar el volumen vertical de la sala del Consejo, por una apertura en la edificación en la cual desciende una jardinera en forma de escalinata que impide el paso.
Al rodear el edificio para buscar el acceso se pierde de vista el volumen principal, obstruido por la presencia de los locales del volumen de la biblioteca, ubicados en planta baja y abiertos al exterior. Finalmente se llega a la escalera principal que da acceso al patio, y a través de él, al volumen del Ayuntamiento.
Acceso
El acceso principal se produce por una de las escaleras ubicadas entre un volumen despegado de la “U”. Este acceso se subraya gracias a la verticalidad del volumen de la sala del Consejo, que se presenta como el elemento principal de la composición.
A simple vista podemos distinguir cómo cada volumen desarrolla una geometría irregular, con retrocesos y voladizos que generan juegos de luces y sombras entre los volúmenes, evocando así a la complejidad y la tensión presentes en el paisaje finlandés.
Patio
“La plaza rodeada de construcciones es uno de los acentos rítmicos más marcados que quepan en un pueblo montañoso” [2]
El énfasis vertical en determinados volúmenes y el contraste entre las pendientes y retranqueos marcan una espacialidad exterior plena de vitalidad, lo que permite su relectura como a partir del concepto de acrópolis.
Una vez transitada esta escalera se accede al patio, en donde nos encontramos con un espacio de carácter más privado que sin embargo no pierde contacto con el exterior.
Al estar abierto a su entorno el patio es también una plaza, rodeada de edificios que presentan a una escala doméstica. Cada uno dispone de cubiertas con caída de las aguas hacia el interior, aludiendo al “impluvium” de las casas romanas.
El ladrillo se convierte en el material unificador de esta compleja volumetría. Pero esa homogeneidad presenta sutiles juegos que a la vez remarcan su heterogeneidad. En palabras de Aalto: “cada ladrillo es único, cada muro es una composición donde se expresa el talento de los artesanos”.
Por esto la colocación del ladrillo también es motivo de diseño: algunos presentan un retroceso de 1,5 cm. con respecto a otros, o tienen variaciones de ritmos y textura que permiten conseguir interesantes juegos de luz y sombra.
Haciendo gala de una sensibilidad matérica inigualable, Aalto llegó a usar inclusive aquellos ladrillos quemados o dañados, los que son generalmente rechazados en el control de calidad.
La vegetación fue utilizada como un material más, creando un paisaje diverso y natural dentro del patio, idea que se refuerza con la presencia del estanque.
El ladrillo se aplicó también como pavimento en algunos sectores del patio, en donde aparece en forma de paños rectangulares entre el césped.
Desde el patio se invita a acceder de la Biblioteca, a un lado, y a la sala del Consejo y las oficinas de administración, al otro.
El acceso por vestíbulo de entrada nos presenta una bifurcación de dos circuitos helicoidales. Uno es el recorrido de las escaleras hacia la sala del Consejo, y el otro, en sentido contrario, nos lleva a un corredor que rodea el patio desde donde se accede al resto de las oficinas: una galería vidriada que permite la integración visual hacia el exterior.
Esta fachada acristalada recibe el sol directo hacia el corredor: la luz pauta el recorrido. Las luminarias están volcadas hacia afuera, iluminando el corredor a través de su reflejo, pues el manejo de la luz artificial tiene un papel tan importante como el de la natural.
Por otro lado, el recorrido hacia la sala del Consejo contrasta con esta galería por el tipo de iluminación. El recorrido se presenta totalmente introvertido, cerrado a las visuales exteriores, ya que la luz únicamente se concentra en el acceso al salón.
La iluminación cenital de este espacio le confiere características propias de la arquitectura nórdica. Las ventanas altas y corridas ofrecen un dramático juego de haces de luz que impactan contra la textura del ladrillo.
Asímismo, se ubica una cornisa de madera enrejada donde se esconden las luminarias, creando un juego de luces que se manifiesta tanto de noche como de día.
Sala del Consejo
La sala del Consejo se define en planta con un simple espacio cuadrado. Su jerarquía en el proyecto está definida por la mayor proporción en altura, lo que le otorga una espacialidad similar a la de una catedral.
La iluminación se produce por una gran abertura cuadrada, protegida por contraventanas interiores enrejadas en madera, que obstruyen la vista y preservan la penumbra del lugar, dotando al espacio de un cierto misterio y solemnidad.
Biblioteca
La biblioteca se ubica en el único volumen que está exento del resto del conjunto. Este volumen posee accesos tanto desde el nivel inferior, vinculado a la calle; como desde el nivel superior, relacionado con el patio.
La fachada acristalada y protegida por rejas de madera le concede una imagen exterior de transparencia, dotando al espacio de una iluminación homogénea. A partir del uso de colores y materiales cálidos se genera una atmósfera interior que se destaca por la tranquilidad.
REFERENCIAS
GEOFFREY H. BAKER : Análisis de la forma (Urbanismo y Arquitectura). Barcelona, Ediciones G. Gili, 1992.
ANTÓN CAPITEL: Alvar Aalto (Proyecto y Método). Madrid, Ediciones Akal, 1999.
Cita [1] y [2]: Alvar Alto, The decisive Years, Nueva York, 1968, p. 13 y 210.
Publicado por Angel Armagno | 31 de agosto de 2015 - 03:38 | Actualizado: 31 de agosto de 2015 - 03:38 | PDF