Biblioteca de Santa Genoveva
Por Silvina Cantón
Programa: Edificio público – Biblioteca
Autor: Henri Labrouste
Ubicación: París, Francia
Año: 1844
Estudiantes: Silvina Cantón
Tutores: Arq. Roberto Langwagen & Arq. Raúl Buzo
Al arquitecto francés Henri Labrouste, se le atribuyen muchos logros, entre ellos se destaca, la innovación en el uso de materiales y técnicas avanzadas de construcción a finales del siglo XIX para utilizar la tecnología como método de expresión de la luz y el espacio.
La biblioteca de Santa Genoveva de París, se proyectó entre los años 1838 y 1843 y finalizó su construcción en 1861; es uno de los pocos ejemplos de arquitectura construida en hierro de ese siglo, tal es así, que al momento de su terminación fue el primer edificio público que utilizó una estructura metálica que se elevaba desde los cimientos hasta la cubierta, algo que anteriormente sólo se había visto en la arquitectura utilitaria o fabril.
Se ha convertido en una de las piedras angulares en el devenir de la arquitectura contemporánea por los materiales introducidos y la voluntad de llevar la arquitectura interior más allá de sus límites.
RESUMEN / INTRODUCCIÓN
Está situada en París, en la Plaza del Panteón y hoy día pertenece a la Universidad de la Sorbona.
El edificio ha sido calificado como una de las obras más bellas del siglo XX.
El predio en el que está inserta es una estrecha parcela de 85 metros de largo por 21 metros de ancho. Cuenta con una planta rectangular, y alberga en su interior casi dos millones de documentos.
Su edificación supuso una gran innovación al implementar por primera vez en un edificio civil una estructura metálica que sostenía todo el edificio;
Labrouste defendió la incorporación de los nuevos materiales vinculándola con los estilos más tradicionales, una postura arriesgada para una época en la que la Academia rechazaba las innovaciones constructivas y la disputa entre arquitectos e ingenieros iba siendo cada vez más feroz.
DESARROLLO
La idea fundamental era identificar el edificio dándole la apariencia de un libro. El recurso principal iconográfico del arquitecto era uno de los medios arquitectónicos más antiguos: la inscripción.
Inscribió su edificio con nombres de 810 autores cuyos libros iban a estar contenidos allí. Los nombres fueron grabados en paneles de piedra que corren por detrás del muro-estantería y van cronológicamente de izquierda a derecha alrededor de las tres fachadas públicas del edificio, haciendo de este modo que parezca un libro ya que leemos los nombres en secuencia, como palabras escritas en un libro.
La distribución espacial de la biblioteca es muy sencilla, pero cargada de recuerdos de los principios de construcción romanos, acentuados por una decoración pseudo pompeyana.
La obra más significativa del racionalismo neoclásico se desarrolla en un volumen rectangular de 3 plantas cuyo núcleo vertical queda tangente al mismo rectángulo en el centro de la edificación.
La dicotomía entre interior y exterior, tradición y vanguardia es más que evidente en este edificio.
Mientras que el exterior configurado a través de dos alturas distintas separadas por una moldura, posee un estilo renacentista, asemejado a los palacios de Italia. El Interior es un espacio muy diáfano y el que presenta mayores innovaciones. El mismo se divide en dos naves completamente abovedadas donde la estructura metálica que sostiene el edificio no se oculta sino que se funde con las formas renacentistas del exterior.
La planta de la biblioteca, simétrica respecto al espacio central vestibular, divide dos alas de lectura que incluyen el espacio de almacenamiento de libros y documentos en su perímetro permitiendo que la segunda altura de dichas alas quede liberada en favor de la entrada de luz en todo el recinto.
Cabe destacar la singularidad del espacio dedicado a la sala de lectura donde las más de quince columnillas realizadas en hierro y con una altura cercana a los diez metros de altura, sostienen la imponente estructura abovedada, que remite a las formas de los invernaderos.
Salvo en los basamentos, Labrouste deja descubiertos los estilizados soportes de hierro, como mostrando un rendimiento de culto a los medios de la ingeniería civil. La estructura metálica permitió abrir enormes cristaleras que iluminaban el interior de la biblioteca haciendo que la luz fuera un elemento más de ésta, por medio de la cual se consigue el requerido espacio diáfano.
Además el arquitecto puso sumo cuidado en cada uno de los detalles, de esta manera el espacio interior con sus barandillas, distintos niveles y pavimentos remiten a las formas de los barcos de la época.
REFERENCIAS
[1] www.urbipedia.com
http://www.arquitecturaenacero.org/historia
TRACHTENBERG, M /HYMAN, I. Arquitectura, de la prehistoria a la posmodernidad.
POSENER, J. La arquitectura y el hierro: Labrouste, Semper, Gurlit, Gropius.
Publicado por Angel Armagno | 3 de agosto de 2015 - 13:18 | Actualizado: 13 de septiembre de 2015 - 15:44 | PDF