El montaje. Génesis arquitectónico-cinematográfica
Por Arq. Angel Armagno Gentile
En su ensayo “La obra de arte en la época de reproductibilidad técnica”1 Walter Benjamin escribió: “…la arquitectura ha representado siempre el prototipo de obra de arte que es recibida por el colectivo en estado de distracción”. Aunque el mismo Benjamin reconoce esta declaración, aclara acerca de las complicaciones cotidianas del observar, ya que el mundo moderno crea estratos de complejidad más allá de la comprensión inmediata.
El creía que la cámara filmadora proveería una nueva forma de mirar y pensar la ciudad, que nos permitiría percibir la realidad para luego ser capaces de aprehender críticamente los aspectos culturales subyacentes “…es aquí donde la cámara interviene con sus elevaciones y descensos, interrupciones y aislaciones… La cámara nos traslada a la óptica inconsciente así como el psicoanálisis a los impulsos inconscientes. (…) El montaje es el arte de ensamblar tomas individuales, en un sistema dinámico generando un efecto intensificado”. (Benjamin).
La fragmentación se presenta como una forma de comprensión espacial del mundo contemporáneo, y el montaje se constituye en herramienta esencial para componer la vivencia individual y al espacio arquitectónico. La arquitectura pierde terreno día a día en una guerra enconada por la imagen, contra la sobresaturación de una cultura de medios, que promueve la distracción y pasividad individuales. El desarrollo de la cinematografía en coincidencia con el de la arquitectura moderna consolida su alianza existiendo un lenguaje e intenciones comunes a ambas. Existe un continuo trasiego cruzado de influencias, de esquemas y de mecánicas, entre ambas disciplinas emparentadas. Las mecánicas de representación de recorridos espaciales, son patrimonio común tanto de la arquitectura como del cine.
El arquitecto y cineasta Sergei Eisenstein, desarrolló y practicó, siendo su mayor promotor, el concepto de “montaje dialéctico” en sus ediciones fílmicas. Las tomas colisionan sucesivamente entre sí, forzando al espectador a recrear las transiciones naturales que le dan sentido a la película; El filme puede presentar un escenario parcial, ya que la mente humana no tiene otra opción que la de reconstruir un todo espacio-temporal. Eisenstein encuentra en el concepto de trayectoria un punto de unión entre las dos disciplinas, por ser precisamente ésta la variable principal que define ambas experiencias artísticas y fenomenológicas.
El montaje no es simplemente la técnica de unir tomas en un continuo, sino que es un sistema dinámico para la expresión de ideas. Este concepto suele ser confundido con el de “edición de continuidad”, método fundamental de relato del cine hollywoodense, en el cual la costura entre tomas es tratada de forma de que la edición no sea percibida por el espectador, un relato sin baches, “más fluido que la vida misma”.2
Este entendimiento de la continuidad subyacente al espacio arquitectónico, como herramienta para la visión secuencial del espacio, ha sido muy explorado a lo largo del siglo XX, pero sus orígenes pueden ser rastreados a 1899, en el análisis de la acrópolis de Atenas desarrollado en “Histoire de l’architecture” de Auguste Choisy3. El autor concibe el conjunto arquitectónico antiguo como una elaborada serie de dispositivos de encuadre, dispuestos a lo largo de un trayecto prediseñado. Sus exhaustivos bocetos sobre las relaciones espaciales, fueron una profunda influencia tanto para la obra de Eisenstein como para Le Corbusier.
Podríamos realizar el ejercicio de montaje mental al articular las conocidas imágenes de la Villa Saboye, de forma de comprender el proyecto hasta sus más pequeños detalles, e incluso provocar en nuestra imaginación la construcción de una experiencia secuencial que ensambla perfectamente espacio y tiempo. La construcción de cada imagen, su yuxtaposición y encadenamiento por medio del montaje, articulado dinámicamente por la rampa, dan lugar a una secuencia espacio-temporal arquitectónica relacionada con la percepción de la imagen dinámica de la obra cinematográfica
Un más reciente Jean Nouvel, exploró un fenómeno similar en su Instituto del mundo árabe de 1987, “la arquitectura existe como el cine; en las dimensiones del tiempo y el movimiento… erigir un edificio es predecir y buscar efectos contrastantes por los que uno pasará… en la secuencia continua que es el edificio, el arquitecto trabaja con cortes, ediciones y encuadres”. (Jean Nouvel).
El montaje y la edición de continuidad son métodos de corte para expresar una idea o relatar una historia. Pueden ser vistas en oposición al “Mise-en-Scene” (el término surge del teatro francés “puesta en escena”) en donde no existen cortes, una única toma en la cual se pretende abarcar toda la información necesaria. Este acercamiento se puede ver en el film “8½” de 1963 de Federico Fellini. Cada cuadro de la toma puede entenderse como un proscenio en el cual se ubica la información.
En un montaje la historia es contada “con la cinta”, el medio es el mensaje, mientras que en Mise-en-Scene la historia es contada “en la cinta”. La elección de uno u otro método depende de las intenciones del autor, generalmente las películas adoptan posturas mixtas. Ningún director ha explotado esta condición hibrida como Alfred Hitchcock en “La ventana indiscreta” de 1954. El mismo Hitchcock declaró que esta era una película puramente cinematográfica, pero se puede argüir que es una expresión arquitectónica a partir de una idea cinematográfica.
El artificio fue el de fijar la posición del observador-protagonista, y luego presentar toda la acción de la película en el entorno del edificio adyacente. Segmentando la acción de los distintos personajes, mostrándolos al mismo tiempo, Hitchcock crea conexiones nuevas a partir de hechos aparentemente inconexos tanto para el protagonista como para el espectador. Minimizando el universo de acción y luego articulando cada momento, genera un espacio hermético que contiene información dispersa de forma coherente.
No es sorprendente que Rem Koolhaas, quien ha escrito acerca de la cultura de masas en “Delirious New York”, haya descubierto una oportunidad en las observaciones de Walter Benjamin acerca de la necesaria fragmentación en el entendimiento moderno. “…sorprendentemente hay muy poca diferencia entre una actividad y la otra… Creo que el arte del guionista es la de concebir secuencias de episodios que creen suspenso y una cadena de eventos… La mayor parte de mi obra es el montaje, el montaje espacial”4 (Rem Koolhaas).
En su Librería publica de Seattle (2002), Rem Koolhaas, al cruzarlas, hace explícitas las adyacencias. El Montaje del que habla Koolhaas es el corte de la circulación con el programa, esto puede ser definido como un montaje paralelo, donde la arquitectura presenta simultaneidad en un intento de definir el hall principal. De forma agresiva la arquitectura edita la experiencia del usuario mediante la fragmentación selectiva del programa. La biblioteca logra manipular el espacio y el tiempo a partir de la segmentación de la visión. Se anda a pie en todo momento dentro de la biblioteca y sin embargo se contempla el espacio a distintas velocidades y desde una amplia variedad de perspectivas. Al recorrerla se logra comprender la totalidad del espacio, es complejo y a la vez aprehensible.
Se podría decir que una imagen es el resultado de la sustracción del tiempo al espacio. Cuando la arquitectura pretende ser nada más que un inmenso Mise-en-Scene: una gran imagen, es cuando pierde su cualidad háptico temporal, y con ella la capacidad de ser experimentada y recorrida de forma individual y personal. La arquitectura no es una imagen atemporal, sino que es activada por el uso cotidiano.
Bibliografía
BENJAMIN, W. (2003). La obra de arte en la época de reproductibilidad técnica. México DF: Editorial Itaca.
EISENSTEIN, S. (1986). La forma del cine. México DF: Siglo XXI Editores. CHOISY, A. (1899). Historia de la arquitectura. París: Gauthier-Villars.
KOOLHAAS, R. (1978). Delirious New York: A Retroactive Manifesto for Manhattan. Londres: Academy editions.
MARVIN, L. (2015). Hollywood Veterans in Arlington National Cemetery. 2015, de cgarchitect.com
Sitio web:
http://www.cgarchitect.com/
Otros recursos web:
http://www.thefabweb.com http://www.archdaily.com.br http://www.cgarchitect.com Fecha de consulta: Enero de 2015
1 BENJAMIN, W. La obra de arte en la época de reproductibilidad técnica. Editorial Itaca. México, 2003.
2 EISENSTEIN, S. La forma del cine. Siglo XXI Editores. México, 1986.
3 CHOISY, A. Historia de la arquitectura. Gauthier-Villars. París, 1899
4 KOOLHAAS, R. Delirious New York. Academy editions. Londres, 1978.
Angel Armagno Gentile
Arquitecto. Docente del Departamento de Informática Aplicada al Diseño. Integrante del Proyecto Académico “Plexo. Una travesía multisensorial”. Responsable del Bloque 3, comprendiendo Norte y Centro Europa.
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Publicado por Fernando García Amen | 27 de julio de 2015 - 10:00 | Actualizado: 18 de mayo de 2015 - 00:04 | PDF