Sustenta(h)abilidad. De la eficiencia energética a la eficiencia humana
Por Arq. Daniel Sosa Ibarra
Es opcional. Nuestra postura como personas y como profesionales, frente a los cambios que supone el desarrollo de un hábitat sustentable, es opcional.
Vivimos en una sociedad de consumo, planificada en base a procesos de producción lineales y finitos. Nuestros productos están diseñados para obsolescer y los materiales que utilizamos para producirlos son, en su mayoría, derivados de recursos no renovables. Nuestra sociedad de consumo, parece no encontrar saciedad de consumo y los recursos y fuentes de energía, están cada vez más comprometidos, frente a una población mundial en constante crecimiento.
Frente a esto, y desde el punto de vista de la generación de un hábitat sustentable, podríamos, en una posible clasificación, dividir en dos las posturas para hacer frente al problema.
Por un lado, existe una postura tecnócrata, que desarrolla un sinfín de prácticas apoyadas primordialmente en la tecnología y en la eficiencia energética como consecuencia. Por otra parte, todo un espectro de soluciones intenta desarrollarse desde una postura emancipada de la tecnología o por lo menos con centro en una tecnología apropiada1, en la que el hombre cobre un rol protagónico por su participación activa; algo que podríamos definir como eficiencia humana.
Cada vez más, nuestros proyectos incorporan soluciones tecnológicas de alta eficiencia energética: mejoramiento de la envolvente (vidrios dobles, triples, aislaciones desmedidas), artefactos que captan energía (colectores solares, paneles fotovoltaicos, aerogeneradores), equipos y hasta electrodomésticos eficientes. Pero todas ellas son apéndices de los proyectos, donde lo único que se modifica es el producto; no los usuarios, ni su actitud frente al problema. Dicho de otra forma, estas «soluciones» no modifican en nada la conducta humana, sino que incentivan el mismo comportamiento de siempre en relación a la producción y el consumo, con la excusa de poder descansar nuestra conciencia en la tecnología. Estos procesos activos, sólo son capaces de generar hombres pasivos.
Pero por otro lado, existe toda una serie de propuestas que transitan por caminos alternativos, proponiendo cambios en la conducta del hombre, su actitud y su forma de vivir. Manifestaciones de eficiencia humana, que interrogan las lógicas hegemónicas, para provocar desde una condición diferente. Y es que no se trata de crear paliativos que permitan cambios superficiales y adaptaciones someras, que continúen con la misma linealidad de los procesos; sino de aunar bajo una lógica de sensibilidad eco-ambiental, manifestaciones incipientes de prácticas innovadoras, que permitan cambios estructurales, en los procesos de transición hacia las nuevas generaciones.
Es opcional. Continuar con nuestra conducta o cambiar nuestra manera de ver las cosas, para garantizar unas condiciones de vida aceptables para personas que aún no han nacido, también es opcional.
En transición
Como contrapunto al pensamiento hegemónico, existe toda una corriente de movimientos alternativos, entre los que se destaca el movimiento de Decrecimiento, que explora alternativas sobre la producción, el consumo y la forma de vivir contemporánea, buscando establecer una nueva relación de equilibrio entre los hombres y la naturaleza. Originalmente, el término se aplicó desde el campo de la economía, como corriente contraria a la producción con tasas de crecimiento económicas positivas, pero rápidamente los fundamentos teóricos explorados, adquirieron una concepción holística y se extendieron a todos los campos.
En este contexto y particularmente orientado desde el campo de la arquitectura y el urbanismo, se encuadra el movimiento «Ciudades en Transición» (www.transitionnetwork.org), tal vez el mejor ejemplo de lo que podría ser una sociedad de Decrecimiento. Este movimiento, nacido en Irlanda en 2005, involucra a las comunidades hacia la autosuficiencia energética, de cara a los desafíos que representan el pic de petróleo y el cambio climático.
El movimiento es liderado por un formador en permacultura, un sistema proyectado para integrar armónicamente la vivienda y el paisaje, ahorrando materiales, produciendo menos desechos y conservando los recursos naturales. La permacultura, puede ser entendida como el diseño de hábitats humanos sostenibles, a partir de la imitación de las relaciones encontradas en la naturaleza.
Todo el movimiento, se fundamenta en el concepto de resiliencia, que refleja la capacidad de los sistemas de absorber perturbaciones, sin alterar significativamente su estructura y funcionalidad, pudiendo regresar a su estado original, una vez que la perturbación ha terminado. La capacidad de resiliencia de un ecosistema está directamente relacionada con la riqueza de especies y de funciones ecológicas que ésta tenga; un sistema en el cual sus integrantes tengan más diversidad y número de funciones ecológicas, será capaz de soportar de mejor manera una perturbación especifica.
Las Ciudades en Transición, han decidido prepararse para los cambios, en lugar de sufrirlos. Para esto, no existen respuestas hechas; cada colectividad encuentra por sí misma las soluciones que le convienen, en función de sus recursos disponibles.
La originalidad del movimiento, radica en la visión totalmente optimista del futuro, que considera al período de crisis como una oportunidad, lo que permite implantar cambios radicales en la sociedad. En segundo lugar, el movimiento involucra a la comunidad en conjunto, quién es considerada, como la portadora del cambio. El programa, implica una postura de integración, participación y compromiso colectivo, a partir de la cuál gestan las distintas transiciones.
A nivel metodológico, el movimiento se basa en una lógica de funcionamiento bottom-up, en el que las partes individuales son diseñadas con detalle, para luego enlazarse formando estructuras más grandes, que a su vez se enlazan con otras más grandes, hasta formar el sistema completo.
Las iniciativas de transición abordan los principales temas de desarrollo del hábitat: alimentación, salud, educación, economía, transporte, energía y vivienda; en base al concepto de circuitos cortos, sin intermediarios, como estrategia para fortalecer el desarrollo local y garantizar las condiciones de autosuficiencia de la comunidad.
El movimiento cuenta hoy con más de 1000 iniciativas en 43 países de todo el mundo, aunque es en Inglaterra donde ha alcanzado el mayor desarrollo. Al viajar por ese país, se puede consultar en el sitio web la enorme lista de comunidades, pueblos y ciudades declarados en Transición, participar de actividades programadas o incluso comprar con libras de Lewes (www.thelewespound.org), una moneda local equivalente a la libra, que se utiliza en la comunidad de Lewes, para fortalecer la economía local.
Ecoquartiers
A lo largo de toda Europa, los Ecoquartiers o barrios sostenibles, se han ido multiplicando. Las manifestaciones originales surgen en Dinamarca en 1960, bajo el deseo de una forma de vida distinta, comunitaria, con énfasis en el aspecto social; pero será a partir de fines de los años 2000 cuando los proyectos cobren visibilidad, incorporando al antiguo espíritu, la componente medioambiental y energética.
Los Ecoquartiers se conciben como verdaderos barrios dentro de las ciudades, en continuidad con la trama urbana existente e integrando alojamiento, equipamiento y espacio público dentro de sus proyectos. Se inscriben dentro de una perspectiva de desarrollo sustentable, incorporando una visión a largo plazo y reduciendo al máximo el impacto sobre el medio ambiente, favoreciendo la calidad de vida y la integración social.
Uno de los aspectos fundamentales en la mayoría de los proyectos, es la planificación participativa; los Ecoquartiers deben ser deseados para que sucedan y no existen respuestas hechas, cada proyecto y la comunidad involucrada, toma en cuenta los recursos locales paisajísticos, urbanos, humanos y medioambientales, adaptando la realización a las características de su contexto.
Bajo la premisa de «pensar global, actuar local», las intervenciones responden en primer lugar a desafíos planetarios, para luego considerar las demandas locales y las de sus habitantes. Así, las consideraciones a nivel medioambiental se centran en la reducción de la huella de carbono y la conservación de la biodiversidad. Las estrategias para lograrlo incluyen: reducción de consumo energético y de agua, mejoramiento de transporte limitando el uso de automóviles y facilitando el uso de transportes no motorizados, limitación de la producción de desechos, integración de espacios naturales y valorización de la densidad, para evitar el esparcimiento urbano.
A nivel social, se trata de un deseo voluntario de vida en conjunto, que incluye en algunos casos la realización de actividades comunitarias, facilitando procesos participativos y la apropiación de los proyectos por parte de sus habitantes, para aspirar a la integración social, intergeneracional y cultural. Las proyectos también buscar integrar espacios de trabajo y servicios en sus propuestas o en las proximidades, contribuyendo a una economía local, mediante la generación de materiales, mano de obra y agricultura local.
En Friburgo, Alemania, a 3 kilómetros del centro de la ciudad, el Ecoquartier Vauban (www.vauban.de), es un ejemplo de intervención cooperativa y participativa, proyectada bajo parámetros ecológicos. Desde el comienzo, todos los problemas sociales, de movilidad, energía y vivienda, fueron discutidos en grupos de trabajo abiertos con los habitantes, informando a los usuarios en la planificación del proyecto, no solamente por el propio beneficio ecológico inmediato, sino también por el ahorro económico a largo plazo. El barrio cuenta con diferentes zonas de residencia, trabajo y comercio, equilibradas para fortalecer la economía local y zonas centrales compartidas, destinadas a eventos culturales y actividades que fortalezcan la interacción social.
El proyecto integra estrategias de energía, siendo uno de los más grandes barrios solares de Europa con 2500 m2 de paneles fotovoltaicos, 500 m2 de colectores solares térmicos y unidades de cogeneración, que permiten que la mayoría de las unidades tengan muy bajo consumo eléctrico (65kWh/m2/año), siendo 92 de las unidades pasivas (15kWh/m2/año) e incluso 10 unidades con energía positiva, que producen más energía de la que consumen. También se consideran restricciones vehiculares con estacionamientos fuera de la zona residencial, sistemas de vehículos compartidos y estrategias de reducción de consumo de agua, que incluyen un sistema de tratamiento con una planta de biodepuración.
Pero tal vez el aspecto más relevante sigue siendo el aspecto social; la planificación cooperativa local, es una de las particularidades destacadas del proyecto y permitió lograr una consideración muy sensible de los intereses particulares de cada uno de los habitantes. La organización ciudadana incluye trabajo social integrado al proceso de desarrollo e incluso un Foro, con estándares de comunicación, interacción e integración para los habitantes.
En Sutton, Inglaterra, a 40 minutos al sureste de Londres, el Ecoquartier BedZED – Beddington Zero fossil Energy Developpement (www.zedfactory.com), es uno de los proyectos más reconocidos desde la componente ambiental. Un mixed-use, que cuenta con 82 apartamentos residenciales (15 de protección social), además de 1600 m2 de espacio de trabajo, servicios y espacios recreativos, lo que reduce la utilización del automóvil, privilegiando el transporte colectivo. El plan de movilidad, incluye un sistema de automóviles compartidos, que lo transformó en el primer barrio sin automóviles en el Reino Unido.
BedZED combina estrategias pasivas y activas para lograr su funcionamiento integral sin ningún tipo de energía fósil, produciendo mediante energías renovables toda la energía que consume y evitando emisiones de CO2 a la atmosfera. El proyecto plantea además, reducir en un 50% la energía de transporte, 60% la energía doméstica, 90% la energía de calefacción, 30% el consumo de agua, reducción de desechos y políticas de reciclaje, construcción con materiales locales y reciclados y desarrollo de la biodiversidad en las zonas naturales. La forma de los edificios se optimiza para un aprovechamiento máximo de la energía solar pasiva y cuenta además con una central de cogeneración, un sistema de biodepuración que abastece de aguas grises para las descargas de agua o riego y bajo consumo de agua (76 litros por día de los cuáles el 18% proviene de agua de lluvia).
A pesar de todos los sistemas integrados, la huella ecológica es de 2 planetas tierra, en lugar de 1 como había sido proyectado (siendo la media en el Reino Unido de 3) y se estima que el 80% de los objetivos, se podrían haber cumplido con sólo el 20% de las inversiones, dado que algunos de los sistemas incorporados son muy complejos y en consecuencia están mal o subutilizados. Las empresas involucradas (ZedFactory y Bioregional), continúan desarrollando nuevos conceptos para mejorar la eficiencia medioambiental. Así y todo, se trata de una de las iniciativas pioneras de este tipo de manifestación colectiva, donde el deseo de una forma de vida en conjunto y el respecto por nuevos valores ecológicos y sociales, se complementa con el aporte de la tecnología al servicio del medio ambiente, para proponer nuevos modelos de transición hacia el futuro.
Definiciones
Crecimiento-decrecimiento. Las expresiones crecimiento y decrecimiento son comúnmente utilizadas, pero a menudo con imprecisión y a veces en contrasentido. Mientras que el crecimiento económico ha sido hasta ahora siempre considerado como beneficioso, algunos ecologistas han avanzado recientemente sobre la idea de que un decrecimiento que permita economizar los recursos naturales, será indispensable. La mayoría de los economistas rechazan esta aproximación y (o) prefieren evocar «otro crecimiento» económico de estos recursos naturales.1
Resiliencia. Designa la aptitud de toda comunidad y ecosistema tomado en conjunto, a sobrevivir a perturbaciones en su estructura y (o) en su funcionamiento y de encontrar, después de la desaparición de éstas, un estado comparable a la situación inicial. La resiliencia de las biocenosis se debe generalmente, o a una reconstrucción a partir de ciertos individuos descendientes de sub-poblaciones de las especies que constituyen la biocenosis que ha sobrevivido a la perturbación, o a la inmigración de propágulos que vienen de ecosistemas análogos, más o menos alejados.
Transición. Término que designa en biología un proceso dinámico que conduce al pasaje de una fase dada al estado ulterior. En ecología, el término es utilizado por diversos fenómenos que conciernen a la dinámica de las poblaciones y de las biocenosis, por ejemplo en el curso de fenómenos sucesionales.2
Citas al pie
1 Apropiada es utilizado en la doble acepción de la palabra: en cuanto a hecha propia para adecuar al contexto y en cuanto a aplicada con propiedad de las circunstancias.
2 Fuente: Diccionario de Urbanismo y Planificación. Ed. Presses Universitaires de France. Paris, 2010. 3a edición. Bajo la dirección de MERLIN, Pierre.
3 Fuente: Diccionario enciclopédico de Ecología y de Ciencias del Medio Ambiente. Ed. Dunod. Paris, 2002. 2ª edición. Bajo la dirección de RAMADE, François.
Bibliografía
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LATOUCHE, S., HARPAGÈS, D. Le temps de la Décroissance. Ed. Thierry Magnier. Francia, 2010.
LEFÉVRE, P., SABARD, M. Les Écoquartiers. Ed. Apogée. Francia, 2009.
DANNORITZER, C. Comprar, tirar, comprar. La historia secreta de la obsolescencia programada.
[Video en línea] ARTE France, Televisión Española, Televisió Catalunya. 2010. Consulta 19.02.2015
URL http://www.rtve.es/alacarta/videos/el-documental/documental-comprar-tirar-comprar/1382261
HOPKINS, R. The transition handbook. From oil dependency to local resilience.
[PDF en línea] Consulta 19.02.2015 URL http://transitie.be/userfiles//transition-handbook(1).pdf
BEDZED. URL http://www.zedfactory.com/zed/?q=node/102
ENERGIE-CITES. Ecoquartiers. URL http://www.energie-cites.eu
TRANSITION NETWORK. Sitio oficial. URL http://www.transitionnetwork.org
VAUBAN. Sitio oficial URL http://www.vauban.de/en
Daniel Sosa Ibarra
Arquitecto egresado de Udelar. Diplomado en Viviendas Sustentables y maestrando en Hábitat Sustentable y Eficiencia Energética en la Universidad del Bio-Bio, Chile. Formación en desarrollo sustentable en Marsella y Paris, Francia. Docente de Gestión Académica y El Proyecto con las Energías.
Publicado por Angel Armagno | 10 de septiembre de 2015 - 11:51 | Actualizado: 10 de septiembre de 2015 - 14:14 | PDF
Palabras clave: Daniel Sosa Ibarra, ecoquartiers, eficiencia energetica, sustentabilidad